El laberinto del director de marketing y su hilo de Ariadna
Cuenta la mitología que Teseo, dispuesto a acabar con el Minotauro que estaba detrás del Laberinto de Creta, utilizó un carrete de hilo que le entregó su enamorada Ariadna para, tras cumplir su misión, regresar a sus brazos sin perderse y huir con ella.
El mito del Laberinto de Creta y las historias que lo rodean son una metáfora muy buena de la situación del responsable de marketing a día de hoy. Afortunadamente sin los tintes trágicos de la mitología griega, pero sí con unas consecuencias que, –de no conseguir superar el laberinto, acabar con el Minotauro y regresar sano y salvo–, no van a ser buenas.
Repartamos los papeles:
- El director de marketing interpreta a Teseo.
- El mundo del marketing digital es el Laberinto.
- Ariadna es (debería ser) interpretada por la agencia de publicidad.
- Y los objetivos de marketing son el temible Minotauro que, a su modo, también exige sacrificios periódicos. ¿
- A que la metáfora encaja?
De Teseo no vamos a hablar, porque eres tú mismo: responsable de marketing de una empresa y dotado de todas las virtudes, valor y conocimientos necesarios para llevar a cabo tu misión.
Del Laberinto sí que tenemos que hablar porque es lo que se interpone entre tu persona y tus objetivos. Lo que te puede impedir alcanzar la gloria. Y estoy siendo especialmente cuidadoso al elegir la metáfora y el lenguaje: "laberinto que se interpone".
El mundo del marketing digital evoluciona tan deprisa que ha llegado a asemejarse mucho a un laberinto de posibilidades que pueden resultar desorientadoras. Unas posibilidades entre las que es fácil perderse sin llegar a encontrar la salida. Además, a diferencia de lo que ocurría con el laberinto del mito griego, este laberinto está en permanente estado de cambio. Sus entradas y salidas se mueven, la calle por la que acabas de pasar, cuando vuelves hacia atrás, ya no está. La última encrucijada en la que convergían tres calles, ahora tiene cinco. ¿O es que no es la misma encrucijada?
¿Exagero? Unos ejemplos paradigmáticos disfrazados de preguntas con alguna carga de ironía:
¿Te acuerdas cuando en en las campañas en motores de búsqueda la puja venía determinada únicamente por el número de anunciantes y cómo gestionaban entre ellos las subastas? ¿Te acuerdas de aquellos primeros CPC's que convertían tu inversión en este canal en el que mayor retorno de la inversión te generaba? ¿Cuánto ha subido tu CPC en los últimos 2 años?
¿También puedes acordarte de la repercusión que conseguías en las redes sociales al publicar un post interesante y la cantidad de tráfico cualificado que atraías a tu web?
Y alejándonos un poco más ¿recuerdas el "subidón SEO" con la simple redacción correcta de metadatos e implementación en la web?
No se trata de un ejercicio de nostalgia, sino de una reflexión sobre la responsabilidad de tomar la decisión de si entrar o no en el laberinto. Del mismo modo que Teseo decide hacerlo porque tiene claro que desea acabar con los sacrificios que el Minotauro exigía a Atenas y cuenta con la ayuda de Ariadna, el director de marketing debe tener claro quiénes son su Minotauro y su Ariadna.
Para Teseo resultaba insoportable la humillación de los sacrificios anuales.
Para el director de marketing puede resultar insoportable el no alcanzar nunca los objetivos. ¿Pero son objetivos de verdad o son objetivos inalcanzables o, casi peor, lo que nosotros llamamos "objetivos placebo"? Te invito a ampliar tu información sobre los objetivos de marketing en el artículo Los 3 objetivos fundamentales en un Plan de marketing digital B2B en el que reflexionamos sobre qué son y qué no son tus "Minotauros".
El hilo de Ariadna de la dirección de marketing
Si Teseo –que en algunas versiones del mito tenía sangre de los dioses corriendo por sus venas– aceptó la ayuda de la ingeniosa Ariadna, tú, que no eres descendiente de Poseidón, ¿vas a renunciar a tu hilo de Ariadna?
Recuperemos el espíritu del cuento mitológico: tienes que cumplir una misión que incluye la de regresar victorioso. Sólo se interpone un laberinto cambiante. Un laberinto en el que resulta difícil encontrar el camino, tanto el de ida como el de vuelta. Pero has aprendido la lección de Teseo y buscas una Ariadna que te dé un carrete de hilo con el que marcar el camino.
Esa Ariadna debe ser tu agencia de publicidad. Y debe serlo con el espíritu del mito de la propia princesa: ha de estar completamente enamorada de tu marca, esa pasión le incita a ayudarte, y está dispuesta a huir contigo.
7, marzo, 2019