¡Eso no es inbound marketing! fue la categórica respuesta que le di el pasado domingo a un amigo que protestaba por la persecución que estaba padeciendo tras mostrar interés en un producto de una página web muy conocida.
Se quejaba de que llevaba 15 días viendo por todas partes banners de ese producto. Preguntó a alguien, y ese alguien le dijo que eso era inbound marketing.
– Incorrecto –le dije yo–, eso no es inbound marketing. Más bien se trata de remarketing (o retargeting), pero, además, si te sientes acosado, es porque está mal hecho. Deberían estar limitadas la frecuencia y el tiempo de las impresiones de banners para un mismo usuario.
– Pues se lo pregunté a un conocido que tiene una agencia de publicidad y él me dijo que era una técnica que hacían ellos llamada inbound marketing. De hecho, el inbound marketing lo incluyen en su cartera de servicios.
– ¿Y lo que hacen es eso? ¿Marketing online de persecución?
– Por lo visto sí.
– Pues con todo mi respeto dile a tu amigo...
– No es un amigo, sólo conocido.
– Mejor, así puedes ahorrarte lo del respeto, porque si ofrece inbound marketing a sus clientes y todo lo que hace es perseguir a los usuarios, está engañando a unos, molestando a los otros, y haciéndole daño a la marca del anunciante.
Que conste que la conversación es real, de hace una semana. Pero como no tengo la más mínima intención de hacer un alegato en contra de la mala praxis de algunos colegas de profesión, me limitaré a aclarar conceptos básicos para, por lo menos, dejar claro lo que no es inbound marketing:
- No es perseguir, por el medio que sea, a las personas que visitan nuestra web. De hecho, es todo lo contrario: el inbound marketing busca atraer tráfico cualificado, de personas realmente interesadas en nuestros contenidos. Los "perseguidos" debemos ser nosotros.
- No es comprar fans en las redes sociales y luego agobiarlos automatizando la publicación de posts –normalmente poco variados– cada 2 minutos. El inbound marketing utiliza las redes sociales para establecer relaciones de interés mutuo que, como cualquier relación que merezca la pena, lleva tiempo construir.
- No es enviar emails cada diez minutos a los que no han abierto el anterior preguntándoles el porqué, o a los que si lo han abierto ofreciéndoles una nueva oferta. En una estrategia de inbound marketing bien diseñada el email forma parte de lo que denominamos "lead nurturing" y que busca facilitar a quiénes han visitado nuestra web el acceso a contenidos de valor en la etapa del ciclo de compra en la que se encuentran: el contenido idóneo en el momento adecuado.
- No es publicar cualquier cosa en el blog con títulos exclusivamente pensados para SEO y contenidos que no aportan valor. Nuestra experiencia nos dice que a medio y largo plazo, los buenos contenidos funcionan muchísimo mejor. Y tampoco es otras muchas más cosas, pero éstas son las más importantes y con las que más confusión suele crearse.
Si deseas conocer mejor lo que sí es el inbound marketing te invito a descargarte GRATIS la INFOGRAFÍA Cómo funciona una estrategia de inbound marketing o a leer el artículo ¿Qué es Inbound Marketing? en el que explicamos breve y sencillamente en qué consiste.
P.D: retomando el tema de la charla con mi amigo he de confesar algo que le dije (reproduzco la conversación):
– Vale, te están dando la lata ¿pero tú quieres comprarlo?
– Sí, pero es un poco caro.
– ¡Haberlo dicho! Si te están agobiando tanto sólo por visitar la página del producto, y realmente te interesa comprarlo, lo que tienes que hacer es llevar el proceso de compra hasta el final... pero sin llegar a comprar. Abandona el carrito de compra justo en el momento de ir a confirmar el pago. Me apuesto lo que quieras a que recibes un email ofreciéndote un descuento.
– ¿Tú crees?
–Pruébalo.
Le tengo que preguntar si lo ha probado ;)