En inbound marketing también hay que tener claro este principio:
La fidelización consiste en cosas tan distintas como diferentes son los negocios que llevan a cabo una acción para fidelizar a sus clientes.
Si en el bar donde tomamos café puede tomar forma en la invitación a probar gratis un nuevo aperitivo (que si nos gusta, en los días sucesivos pediremos y pagaremos), en una tienda online su forma puede ser la de un cupón descuento (que utilizaremos para realizar futuras compras).
Y esto ¿qué tiene que ver con el inbound marketing? A fin de cuentas estamos hablando de lo de siempre, lo ya conocido desde que el hombre se puso a comerciar.
La respuesta es que, gracias a las técnicas de inbound y las herramientas que utilizamos, disponemos de una perfecta segmentación de nuestro público objetivo que nos permite enviar a cada uno de nuestros clientes el mensaje adecuado, en el momento oportuno y por el canal idóneo.
Es una respuesta para pensar en ella, ya que, dependiendo de cuál sea tu negocio, tienes que elegir qué es lo que comunicas para que tu cliente se sienta convencido de que fue un acierto comprar tus productos o servicios y esté dispuesto a dar el último, definitivo y más exitoso paso de las fases de una campaña de inbound marketing: convertirse en un apóstol que propague las virtudes de tus productos o servicios.
Es decir, el boca-oreja de toda la vida pero en el mundo online.
¿Se lo pones fácil para que le resulte cómodo y satisfactorio hacerlo? ¿Sí? ¿No? ¿Tienes que pensarlo?
Hazlo. Te va a resultar muy rentable.
¿Tienes dudas sobre cómo crear una campaña inbound marketing? Lee los anteriores posts: