El cine, la literatura, el teatro, el cómic... todos tienen un elemento en común que explica su popularidad universal: cuentan una historia.
A las personas nos encantan las historias. Cómicas, románticas o terroríficas. Nos gustan desde que somos muy pequeños y pedimos que nos cuenten un cuento para quedarnos dormidos.
En eso no cambiamos. Las historias nos gustan siempre, nos emocionan. Y tu marca debe construir una historia, un relato, que conecte con tu público objetivo.
Esto no quiere decir que tengas que lanzarte a coproducir películas. Ni que tengas que inventarte un personaje y crear un guión para él.
El personaje es tu marca. Y la historia es el relato de atributos con la que la vistes y la presentas al público. Todo lo que comunicas con ella forma parte del relato, de tu cuento particular.
Sólo es necesario que la historia tenga miga, emocione, mantenga su coherencia en el tiempo, y ofrezca un final feliz: un incremento de tu volumen de negocio.
LECCIÓN 27 (DE 30) DE MARKETING: Las emociones mueven montañas.