Se quejaba de que llevaba 15 días viendo por todas partes banners de ese producto. Preguntó a alguien, y ese alguien le dijo que eso era inbound marketing.
– Incorrecto –le dije yo–, eso no es inbound marketing. Más bien se trata de remarketing (o retargeting), pero, además, si te sientes acosado, es porque está mal hecho. Deberían estar limitadas la frecuencia y el tiempo de las impresiones de banners para un mismo usuario.
– Pues se lo pregunté a un conocido que tiene una agencia de publicidad y él me dijo que era una técnica que hacían ellos llamada inbound marketing. De hecho, el inbound marketing lo incluyen en su cartera de servicios.
– ¿Y lo que hacen es eso? ¿Marketing online de persecución?
– Por lo visto sí.
– Pues con todo mi respeto dile a tu amigo...
– No es un amigo, sólo conocido.
– Mejor, así puedes ahorrarte lo del respeto, porque si ofrece inbound marketing a sus clientes y todo lo que hace es perseguir a los usuarios, está engañando a unos, molestando a los otros, y haciéndole daño a la marca del anunciante.
Que conste que la conversación es real, de hace una semana. Pero como no tengo la más mínima intención de hacer un alegato en contra de la mala praxis de algunos colegas de profesión, me limitaré a aclarar conceptos básicos para, por lo menos, dejar claro lo que no es inbound marketing:
Si deseas conocer mejor lo que sí es el inbound marketing te invito a descargarte GRATIS la INFOGRAFÍA Cómo funciona una estrategia de inbound marketing o a leer el artículo ¿Qué es Inbound Marketing? en el que explicamos breve y sencillamente en qué consiste.
P.D: retomando el tema de la charla con mi amigo he de confesar algo que le dije (reproduzco la conversación):
– Vale, te están dando la lata ¿pero tú quieres comprarlo?
– Sí, pero es un poco caro.
– ¡Haberlo dicho! Si te están agobiando tanto sólo por visitar la página del producto, y realmente te interesa comprarlo, lo que tienes que hacer es llevar el proceso de compra hasta el final... pero sin llegar a comprar. Abandona el carrito de compra justo en el momento de ir a confirmar el pago. Me apuesto lo que quieras a que recibes un email ofreciéndote un descuento.
– ¿Tú crees?
–Pruébalo.
Le tengo que preguntar si lo ha probado ;)